Sánchez paga más de 3.500 millones a Putin para su guerra por el gas importado de Rusia en 2022
La solidaridad y el apoyo a Ucrania de Pedro Sánchez se quedan en mera palabrería desmentida por los hechos. La realidad es que España sigue importando gas de Rusia, a pesar de las peticiones en contra de la Comisión Europea para no financiar la guerra de Vladimir Putin en Ucrania. Y esas importaciones supusieron más de 3.500 millones de euros en 2022, según se deduce de las cifras de la CNMC.
Este organismo publicó el viernes el resumen del año pasado, en el que refleja que España importó 446,87 TWh (terawatios/hora) de gas en 2022, 128,03 por gasoducto y 318,84 de GNL (gas natural licuado) por barco. La CNMC no da el precio separado de cada tipo de gas, sino una cifra global: entre 58,2 €/MWh en el mes de diciembre de 2021 y 65,4 €/MWh en diciembre de 2022.
Aunque no es posible saber el precio exacto pagado a Rusia -de hecho, varía en cada pedido-, el organismo que preside Cani Fernández asegura que «el aprovisionamiento por GNL se muestra más caro que el gas importado por gasoducto durante todo el año, con diferencias por encima de los 11 €/MWh a final de año». Por tanto, podemos tomar los 65,4 euros como una cifra aproximada, ya que probablemente el importe pagado a Rusia se encuentre por encima de la media.
¿Cuánto gas importó España de Rusia? El 12,5% del total (sin distinguir entre gasoducto y GNL), que eran 446,87 TWh; es decir, 55,86 TWh. Aplicando el precio de 65,4 euros por MWh y teniendo en cuenta que un TWh son un millón de MWh, obtenemos 3.653 millones de euros. Tomando una aproximación conservadora, estamos hablando de que España ha pagado más de 3.500 millones a Rusia por su gas en 2022.
Enfrentamiento con Argelia
Como es sabido, el gas y el petróleo son las principales fuentes de ingresos de Putin para financiar la invasión de Ucrania. Sus mayores compradores son China (su principal aliado) e India, mientras que Europa ha reducido sus compras notablemente al buscar una menor dependencia de Rusia. Con la excepción de España.
Una excepción que se explica por el giro político de Sánchez respecto al Sáhara Occidental, que nos ha enemistado con Argelia, hasta 2021 nuestro mayor proveedor de gas a través de gasoducto. La consecuencia es que en 2022 se redujeron un 32,3% las importaciones por gasoducto y que el país magrebí ha pasado a ser el segundo suministrador, superado por Estados Unidos. Y también que debemos adquirir gas a otros países, entre ellos Rusia y Nigeria.